¿Por qué Alma Ibarra nos enseña a pelear?
... Y las decisiones importantes que tomó en menos de siete días
Alma Ibarra tomó dos decisiones trascendentales en menos de una semana. Decidió no salir para el cuarto round en su pelea contra Jessica McCaskill,
y antier anunció que se retiraba del boxeo.
La primera fue impactante en el sentido en el que se dio al decirle a su entrenador que ella sólo quería llegar con vida a su casa…
Según los comentarios, nunca se había visto algo así.
La segunda se veía venir.
Las dos se respetan totalmente. ¿Quiénes somos para juzgarla, verdad?
Sin embargo, lo importante de lo decidido por Alma Ibarra, es el fondo de ello.
Porque manda un mensaje de relevancia.
Porque el boxeo es un deporte violento, pero en el que el peleador YA decide hasta cuándo seguir y cuándo no.
Porque para tratar de evitar desgracias, se tiene que desromantizar la creencia de que el boxeador tiene que dar la vida, literalmente, arriba del ring.
Porque como dijo el periodista, y mi profesor en la Universidad de Sonora, Jesús Ibarra, es otra era.
Y me gustaría destacar que, en efecto, es otra era, no sólo para los boxeadores, también para el público.
Porque fueron pocos, muy pocos, quienes señalaron la decisión de Ibarra de no querer seguir enfrentando a McCaskill.
El espectador lo entiende. Y eso también hay que reconocerlo.
Y justo ayer en El Greatest Newsletter compartimos el texto de JR Moehringer que habla sobre quiénes nos enseñan a pelear…
Y hoy su texto se vuelve a confirmar, pues Alma Ibarra es la prueba de ello.
Porque le hace pelea a la depresión.
Y ya nos mostró cómo lo está haciendo.
Por alguna extraña razón no puedo poner imágenes, pero si quieres leer el comunicado de Alma Ibarra donde habla sobre la decisión de su retiro, te dejo este enlace hacia su post en Facebook. Toca el tema de la depresión y la importancia de la salud mental.
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Ya sabes, Greatest, que si estás en busca de una lectura sobre boxeo, te recomiendo la novela corta que escribí, El guantes de cobre Balbino. Sólo dale click al botón de abajo.
¡Gracias por leer esta edición y nos vemos en la próxima!