Hace 26 años McCall lloró en plena pelea y dejó de pelear
Un hecho totalmente insólito que ocurrió UN DÍA COMO HOY...
Mi Greatest, esto ocurrió un día como hoy, 7 de febrero, pero de 1997. Oliver McCall, excampeón mundial Pesado, lloró en plena pelea y dejó de pelear. Algo insólito. Y aquí lo recordamos. Por cierto, en las próximas semanas recordaremos otras historias interesanes que se suscitaron en febrero. Gracias por leer y por suscribirte al newsletter.
Las Vegas,
Todo parecía normal.
Oliver McCall brincó del suelo a la lona para subirse al ring, es decir, no utilizó las escaleras. Peleó los primeros tres rounds, pero terminó llorando.
Hoy, exactamente 26 años después, todo indica que nada parecía normal.
Porque McCall, cuando saltó del suelo al enlonado para ser presentado por Michael Buffer, venía con una serie de antecedentes problemáticos.
En agosto de 1996, El Toro Atómico fue ingresado en un centro de rehabilitación de drogas. Un mes antes, había sido arrestado por traer marihuana y crack.
Para esa noche, contra Lennox Lewis por el título mundial Pesado CMB vacante, McCall venía de una inactividad de 320 días.
Pero aún así se subió. De la mano de Don King. De saber, también, que ya le había ganado a Lewis por nocaut. Y porque su paga era de alrededor de tres millones de dólares.
Así que el primer round fue normal. Y el segundo también. Pero al término del tercero comenzaron las insólitas situaciones.
Porque McCall se negó a ir a su esquina y, en lugar de ello, sólo caminó de un lado a otro.
George Benton, su entrenador, estaba molesto.
Sin embargo, la cuarta ronda fue todavía más sorprendente, porque McCall no tiró golpes, sólo caminó y se cubrió los bombazos de Lewis, quien quería vengar aquel nocaut de dos rounds, que le dio a McCall el título mundial.
Así que cuando sonó la campana, el réferi Mills Lane lo tomó del brazo y lo llevó a la esquina, donde McCall empezó a llorar.
Y, ahora sí, todo dejó de ser normal para todos.
Oliver McCall estaba llorando, en plena pelea, en un total quiebre emocional.
El réferi y la esquina trataron de consolarlo. Incluso George Foreman dijo en la transmisión que quería bajar y abrazar a McCall para decirle que todo estaría bien.
Pero no estaba bien. Porque entre sollozos, McCall dijo que necesitaba pelear. Así que se lo concedieron, aunque su actitud no cambió y Lane detuvo el combate.
Tras la decisión, McCall se bajó del ring, en esta ocasión utilizando las escaleras, y se fue al camerino sin decir nada.
Hasta el día siguiente…
Cuando dijo que había llorado porque estaba entrando en un estado emocional.
Ahí, una siquiatra examinó a McCall y dijo que todo estaba normal.
Sólo que un mes después, Oliver McCall fue detenido en un hospital siquiátrico luego de que su esposa pusiera una orden de custodia de emergencia en su contra.
Con todos esos hechos, un experto en Salud Mental evaluó a McCall y determinó que necesitaba hospitalización.
Eso sí, con los años, McCall siguió boxeando y metiéndose en problemas. Lo normal.
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Mi Greatest, como te comenté arriba, en este mes trataré de compartirte dos historias más que me gustan mucho y que se dieron en febrero, más o menos del tipo de esta que hoy te envío. Espero te guste la idea.
Ya sabes que si buscas lectura, aquí te dejo mi novela corta El guantes de cobre Balbino, que narra la vida de un púgil que nunca ganó una pelea. La adquieres en el botón de abajo, gracias.
Y si quieres conocer la verdadera historia de cómo se dio la famosa foto ‘Bajo el agua’ de Muhammad Ali, (y de paso escuchar mi hermosa voz) aquí te lo cuento:
¡Gracias, mi Greatest! Que tengas un buen día y nos vemos pronto.