Ryan García tiene 23 años y entiende perfectamente que los cinturones mundiales valen nada.
Por eso dijo que a él no le interesan los cintos, sólo el dinero.
Ah, y que también quiere el respeto de la gente.
Por eso dice a cada rato que desea enfrentar a Gervonta Davis, pues con él tendría una buena bolsa y la afición comenzaría a reconocerlo como boxeador.
Y Ryan García tiene razón… los cinturones no valen.
Hoy en día están devaluados. Son meramente adornos.
Porque mira, Greatest, este es un tema que traigo desde el 2014…
Pues en una colaboración para Izquierdazo saqué la cuenta de que había, al menos, 164 boxeadores que eran campeones de algo, aparte de los absolutos.
Esto por los cuatro organismos más importantes que son el CMB, AMB, OMB y FIB.
Por ejemplo, para darnos una idea, el Consejo Mundial de Boxeo, en los pesos Pesados, además del absoluto, tiene al campeón Silver; International; Continental Americas; NABF; ABCO; Australasia; International Silver; y USNBC.
O sea, ya hasta pareciera que hay más títulos que peleadores…
Y ni se diga lo del título Franquicia o Supercampeones que tienen otros organismos y que sólo confunden más al espectador.
Y bueno, Greatest, no soy ingenuo. Entiendo que las organizaciones entreguen o pongan a disposición tantos cinturones para hacer más atractivas las peleas…
Pero eso es precisamente lo que le da la razón a Ryan García,
porque los cinturones… o están devaluados o simplemente valen nada porque hay muchos campeones.
¿Qué puede tener de especial que haya 164 campeones de algo?
O que haya un Campeón Regular y un Supercampeón de la misma categoría… ¿Por qué habría dos campeones?
Hoy en día, es más valiosa una carrera de nombres importantes que la posición que pueda otorgar un título mundial.
Porque a Ryan le dará más valor, y dinero, enfrentar a Davis, que ser campeón mundial interino, plata, o, por ejemplo, absoluto si hubiera habido uno contra Fortuna.
Cuando se trata de tener grandes bolsas y ganarse el respeto de la afición, actualmente vale más un buen rival que cualquier cinturón.
Porque, insisto, los cinturones no sirven de mucho.
No tienen un valor real.
Se tenía que decir,
Y que bueno que lo dijo un joven de 23 años.
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Y otro ejemplo de eso es Augusto Nerón, boxeador protagonista de la novela corta que escribí El guantes de cobre Balbino, que no ganó ningún título mundial, pero es respetado por todos quienes leen la historia.
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¡Gracias, Greatest, por leer esta edición y por tu apoyo! ¡Nos vemos pronto!