Ayer no hubo newsletter porque en casa tuvimos un día muy, pero muy pesado.
Hicimos limpieza a fondo del departamento por una inspección que tuvimos (y que pasamos)…
Además de que llevamos a nuestra cachorrita Lepita a que la castraran y a su hermano Buqui a que lo bañaran.
Y fue en la veterinaria, mientras esperábamos a que nos entregaran a Lepita, que conocí a Lucca, una perrita Poddle café que estaba llorando, pues tenía lastimada una patita.
Me acerqué, la acaricié un poco y le pregunté a su dueña por el nombre.
Me dijo que se llama Lucca y que su abuelo decidió ponerle así.
Y aquí te preguntarás qué tiene que ver eso con boxeo, ¿verdad?
Lo que pasa es que ella me preguntó por mis perritos y por qué se llaman así, así que yo le pregunté por qué su perrita tenía ese nombre.
Y lo que me dijo, es lo que tiene que ver con boxeo y este newsletter…
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Resulta que su abuelo es un gran seguidor de boxeo, quizá el mayor aficionado australiano al box, según me dijo,
y entre ese gusto por este deporte, tiene un boxeador en particular al que admiró de forma importante.
Se trata de Vic Patrick Lucca.
Como ya le había dicho en esa charla que yo escribía de boxeo a raíz de lo de su abuelo, se me quedó mirando un momento cuando me dijo el nombre, para ver si lo reconocía…
pero no sabía quién era. Malamente, ¿verdad? Aunque sí le solté los nombres de Lionel Rose y Kostya Tszyu.
Lo básico, no está de más decirlo…
Me explicó, según le dijo su abuelito, que Vic Patrick es uno de los mejores boxeadores que nunca ganaron un campeonato mundial…
Y bueno, la plática se interrumpió porque en ese momento nos trajeron a una cabizbaja y recién operada Lepita.
Pero en efecto. Al llegar a casa, cansado porque cargué en mis brazos a Lepita desde la veterinaria hasta nuestro limpio departamento, busqué la historia de Vic Patrick.
Y sí, por lo que leí, se trata de uno de los íconos del boxeo de Australia.
Nunca ganó un título Mundial y nunca peleó fuera del país, por cuestiones de la Segunda Guerra Mundial, pero sí dejó un legado.
Al grado de que en 1996 fue elevado, por autoridades australianas, a una Leyenda y recibió la Medalla de la Orden Australiana.
Se le describió como un peleador zurdo, largirucho y huesudo, que desarrolló su carrera principalmente en los Ligero.
Fue una bonita anécdota, ¿no lo crees?
En mi caso, si mi apá le hubiera puesto el nombre a mi perrito, no se llamaría Buqui, se llamaria Maestrito, porque aprecia la carrera que hizo Miguel Canto.
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Greatest, como siempre, si buscas una lectura rápida de boxeo, te dejo la novela corta que escribí El guantes de cobre Balbino
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¡Gracias por leer esta edición y nos vemos pronto!